Joe Cole ha sido una de las grandes leyendas que ha tenido la Premier League. El creativo ha pasado siete años en el Chelsea, en donde ha ganado incotables títulos, además de jugar en el Liverpool, y más clubes. Además, jugó tres Copas del Mundo. En una columna, en el diario Telegraph, contó varias cosas, una de ellas, una graciosa anécdota.
El tres veces ganador de la Premier League realizó una interesante reflexión sobre el fútbol actual y cómo los jóvenes son llevados por el camino, debido a amistades interesadas, como también a representantes que buscan el beneficio propio. Además, se animó a contar una cómica anécdota con José Mourinho.
“Demasiados futbolistas son desplumados. Yo tuve suerte de no correr la misma suerte. Me temo que demasiados jóvenes están siendo explotados porque no están rodeados de los amigos y asesores adecuados. ¿Cuáles son las trampas para los jóvenes futbolistas? Malos planes de inversión, gastos poco realistas, asesores sin escrúpulos. Todo eso y más, y evitarlo requiere educación”, reflexiona el exjugador.
Y agrega: “Me preocupa que algunos pongan las llaves de su vida en manos de personas que no velan por sus intereses. Me duele porque he visto a muchos jugadores estafados y las personas que les empujaron hacia esas malas inversiones siguen trabajando ahora. ¿Cómo puede ser eso correcto? Como jugador joven estás sometido a todo tipo de presiones. Por eso, cuando se trata de asuntos extra deportivos, apenas tienes tiempo para entender los regímenes fiscales o las carteras de inversión inmobiliaria”.
La anécdota con Mou
Joe Cole buscó convencer a Mourinho de renovar su contrato mediante la venta de su Ferrari: “Yo invertí en propiedades y tuve suerte. Sólo una vez en mi carrera me compré un coche de lujo. Fue un Ferrari Scaglietti, allá por el año 2006. Me convencí a mí mismo de que debía tener uno, pero no me sentía bien. Cuando lo vio en el aparcamiento de Cobham (ciudad deportiva del Chelsea), José Mourinho se ofreció a comprármelo. Le dije que estaba encantado de hacerlo con la condición de que le dijera al club que me hiciera un nuevo contrato. Lamentablemente, nunca llegamos a ese acuerdo. Fue la compra más extravagante que he hecho nunca y, curiosamente, si aún tuviera el coche ahora, se habría revalorizado”.