Gustavo Gómez es uno de los jugadores más importante en la historia de Palmeiras. El defensa central paraguayo de 30 años está llevando adelante su sexta temporada en el club brasileño, en el que fue bicampeón de la Libertadores y del Campeonato local, entre los títulos más importantes, contó en diálogo con FIFA que en 2018 estuvo muy próximo a firmar con Boca, pero que finalmente no se dio porque advirtió manejos que no le sentaron cómodos y señaló que no se arrepiente.
“El destino quería que me uniera al Palmeiras. Estaba todo preparado, pero cuando fui a firmar el contrato hubo algunas pequeñas cosas que no nos gustaron. Gracias a Dios el destino me trajo a Palmeiras”, confió Gómez que en ese momento regresaba a Sudamérica luego de dos temporadas en el Milan, donde había llegado tras romperla en Lanús pero que ante la poca posibilidad de sumar minutos decidió optar nuevos horizontes.
¿Por qué se cayó la llegada de Gómez a Boca? El por entonces entrenador Guillermo Barros Schelotto lo había tenido en Lanús y rogaba a la dirigencia que hiciera el esfuerzo económico. Todo iba de maravilla y el defensa había viajado a la Argentina para estampar la firma y ponerse la de Boca. Sin embargo, al llegar y sentarse a firmar, junto con su agente advirtió puntos en el contrato que no habían sido del todo conversados y que resultaban inflexibles, por lo que la cosa se echó hacia atrás y decidió atender la otra llamada que había recibido, la de Palmeiras.
No se conoció oficialmente qué cuestiones surgieron pero lo cierto es que en Boca, y más allá de que la dirigencia del momento no es la actual, poco gustó ese comentario en el mundo Xeneize. Por lo pronto, Gómez y todo Palmeiras se preparan para el partido de ida a jugarse este jueves en La Bombonera.