Hasta el minuto 89 del partido que Boca perdía como local ante Pereira, por la segunda fecha de la fase de grupos de la Copa Libertadores, en mundo Xeneize ardía. Almirón, que había asumido hacía tres partidos, había perdido los anteriores dos y no le encontraba la vuelta a un equipo que venía de caer en sus últimas cuatro presentaciones, protagonizando una crisis poca veces vista. Pero fue en ese instante, previo a que explote el volcán en el estadio, que un mal control de Villa desembocó en un Advíncula que estaba mal ubicado, y el peruano decidió rematar con su pierna no hábil desde afuera del área, clavando un auténtico golazo que cambió la energía. Sobre la hora y con uno más, Alan Varela terminó el trabajo que empezó el lateral marcando de cabeza el desahogo total.
Vino Racing, durísimo pero ideal para reivindicar el cambio de suerte y energía. A los 10 minutos un Boca voraz ya ganaba 2 a 0. Algunas dudas aparecieron cuando descontó la academia, pero aguantó bien y sobre el final, encontró el tercero y definitivo. En ese contexto viajó a Chile para visitar a Colo Colo por la tercera fecha de la fase de grupos, en el duelo más complicado, y tras aguantar los primeros 10, con un Romero que sacó dos ‘goles hechos’, apareció otra vez Advíncula desde afuera del área para manifestar que contra Racing, no había sido casualidad, o si…
Fue victoria 2 a 0 sobre los chilenos, el segundo obra de Villa, que para continuar con esto de las energías llevaba 21 partidos sin anotar goles. Boca encontró más calma, y buena energía que juego, pero una cosa va de la mano con la otra y por ahora, resultó. Se viene River, el Superclásico en el Monumental y es ahí el escenario final para plantar bandera y pensar en algo que hace semanas era casi inimaginable, ganarle y posicionarse mental y futbolísticamente en lo más alto.
Fue tan malo el arranque de Liga que Boca difícilmente logre pelear el título, el Millonario le lleva 16 de ventaja. Sin embargo, a los de Almirón encontrarían en una victoria sobre River ese golpe final anímico para el gran desafío, ganar la Copa Libertadores, algo que se le niega desde 2007 y es la gran obsesión de todo el club.
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