La sorpresiva victoria de Instituto ayer, en la cancha de Boca, develó una historia de superación más, que tiene el fútbol argentino. Y es que uno de los autores de los goles, es Adrián Martínez, quién tiene una historia bastante peculiar y que muchos tienen que conocerla.
Hay casos, pocos, de jugadores que no han hecho inferiores, y que han dado el salto al fútbol. Cuestiones del deporte que no son comunes, pero que suelen pasar. Adrían Martínez tuvo un breve paso por Villa Dalmine, a los 17 años, de chico solo jugó para su club local Las Acacias. Además, fue albañil y recolector de residuos. Todo cambió con un hecho peculiar…
Fue en 2014, cuando su hermano fue baleado, y él arrestado, por error, debido a que pensaron que había robado y quemado la casa del agresor. Luego de seis meses en prisión, algo realmente insólito, Martínez salió, luego de que se pruebe su inocencia. Allí, optó por probarse en Defensores Unidos de la Primera C, su primer club profesional a los 22 años.
Su buen primer paso por el club de cuarta categoría (hizo 34 tantos en 73 partidos) despertó el interés de Atlanta de la Primera Nacional, club en el que marcó 15 goles en una temporada e incluso convirtió ante River.
Luego, fue goleador en su paso por Sol de América, en Paraguay, disputó por por primera vez la Libertadores con Libertad, y con un Hat – Trick, para ganar así su primer y único título: : Copa de Paraguay en diciembre de 2018.
Tras dos pasos breves por Cerro Porteño y Curitiba, el goleador se sumó a las filas de Instituto, y ayer hizo uno de los goles, para que la Gloria se vaya de la Bombonera con tres puntos importantísimos bajo el brazo.