Gerardo Martino fue la prioridad número uno de Juan Román Riquelme, para hacerse cargo del primer equipo de Boca. Luego, y tras una revisión del contrato, y el no definitivo, fue Jorge Almirón quién asumió como nuevo DT. El “Tata”, según afirman rumores, estuvo muy cerca de dar el sí, pero luego reculó y dio la negativa. Entérate porqué.
“Boca actualmente también está impactado por la política nacional, lo que requiere un cierto nivel de evaluación. Y luego estaba mi capacidad para asumir un proyecto de esa magnitud en este momento”, arrancó comentando Martino, para el diario inglés “The Athletic”. Pero no fue todo, sino que alargó su explicación.
“Después de un proceso exigente de cuatro años con México, mi análisis tenía que ser muy detallado. Una vez que aceptás un desafío como este, no hay vuelta atrás. Creí que este no era el momento adecuado para mí. En este momento, Boca necesitaba otro tipo de compromiso”. Al Tata lo sedució el proyecto futbolístico que le presentó Riquelme, y el tema económico no era un problema, porque más allá de que no son los números de Europa, estaba acorde. Lo que frenó y revocó la decisión del argentino fue el tema político, y la incertidumbre en el club respecto a las elecciones que se darán en diciembre.
“El mundo que rodea a Boca es enorme”, afirmó. “Es uno que va mucho más allá del fútbol, de la plantilla que tienes o de las necesidades futbolísticas del club. Hay otra vida dentro del club que es muy significativa. Hay un aspecto político que juega un papel importante y hay elecciones a finales de este año”.
¿MARTINO A LA MLS?
“MLS es mi debilidad”, remarcó. “Fui parte de un proyecto extraordinario con Atlanta United que tenía una dirección clara, mucha comunicación y objetivos similares que se establecieron muy rápido y se ejecutaron. Después de entrenar en la MLS, me atrajo. Me gusta la liga. La posibilidad de volver a la MLS siempre está ahí”.