Las historias que tiene el fútbol argentino son, muchas de ellas, de constancia, superación, resiliencia, y hasta emotivas, dejando una enseñanzas. Este es el caso de Lautaro Durán, quién vivió un momento dualismo, en su corta vida, que marcó un antes y un después. Sin embargo, fue el fútbol quién volvió a sorprenderlo…
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“Me fui a probar a Buenos Aires estuve en Sportivo Italiano, hice las inferiores acá, en Germinal llegué a debutar en el Federal B, estuve dos años jugando allá. Después me volví para jugar acá el Regional y en ese transcurso me enteré del tumor que me salió en la rodilla”, cuenta Lautaro en un dialogo a solas con TN Deportivo.
Al comienzo, era tan sólo un dolor, que fue tratado y le permitía jugar, pero luego todo empeoró: “No me dolía, no me molestaba, entonces seguí jugando con normalidad. Después de que terminó el torneo me salió la posibilidad de volverme a jugar a Buenos Aires y tomé la decisión de hacerme una resonancia para ver a ver qué era la pelota que tenía al lado de la rodilla, me dio que era un tumor y que me lo tenía que sacar de urgencia porque era maligno”.
Por otro lado, el ex jugador contó que su familia fue el sostén primordial para superar las dos operaciones necesarias para extraer el tumor maligno que tenía en una de sus rodillas. Sin embargo todo iba a cambiar a sus 22 años de edad. Germinal de Rawson, un club de la provincia de Chubut, y que disputa la Federal B, le volvió a abrir las puertas, esta vez no como jugador, sino como asistente. Más tarde, asumió el cargo de entrenador de forma interina, para luego ser, oficialmente el Dt titular.
A sus 22 años dirigió, el 3 de julio de este año, su primer partido como entrenador oficial, siendo así el más joven en debutar de manera profesional en el fútbol argentino. Fue en la derrota de Germinal por 2-0 ante Olimpo. Además, igualó la marca de Carlos Cavagnaro, quien en 1969 dirigió a Argentinos Juniors a su misma edad.
Respecto a su nuevo cargo, Lautaro fue certero: “Al poco tiempo que arranqué obviamente se hacía difícil porque muchos de los jugadores que hoy están acá son amigos míos, jugué con ellos también, entonces fue medio complicado. Después te vas acostumbrando. Aclarás el lugar que uno ocupa y ellos también saben qué cargo tiene cada uno y que tienen que cumplir con lo que el técnico les diga. Creo que al principio costó un poco, pero se fue haciendo llevadero con el tiempo y vas aprendiendo también de muchas cosas”.