¿Por qué nadie quiere dirigir a Boca?

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Resulta extremadamente llamativo que alguien le diga que no a Boca. Pero está pasando. Gerardo Martino fue contactado por la dirigencia para ofrecerle el cargo de técnico, pero duró apenas una reunión el intento ya que según trascendió, el Tata no está con energías para bancarse ahora mismo el mundo Xeneize y todo lo que conlleva, y metió a Riquelme y compañía en un problema ya que ‘nadie’ quiere el puesto.

El caso es que Boca, desde la salida de Miguel Russo allá por 2020, no ha vuelto a contratar entrenadores con la experiencia y jerarquía que exige un club tan grande. Cuando el Consejo de fútbol, liderado por Juan Román Riquelme, vicepresidente del club, decidió echar a Russo, no encontró el técnico deseado y por eso le dio la posibilidad a Sebastián Battaglia, que lo hizo muy bien pero se fue en malos términos. Mismo caso con Hugo Ibarra, quien sucedió a Battaglia que fue echado tras la eliminación del equipo de la Libertadores 2022 en junio pasado.

Ibarra asumió como interino y Boca avisaba que solo entrenaría al equipo hasta diciembre pasado. Pero tuvo la dicha de ser campeón en forma casi milagrosa, pero campeón al fín, y por eso lo mantuvieron en el cargo. Pero, infelizmente para él y todo Boca, los milagros son ocasionales y duran poco, por eso, el parche del torneo no evitó que quedase expuesta la falta de identidad del equipo que se esperaba se encuentre tras la pretemporada…

Lo que está clarísimo y ha quedado totalmente expuesto es que Riquelme y el Consejo, se meten sin titubear cuando lo consideran necesario. Critican al equipo cuando no juega como debería, llamándolos “tibios”, y si es necesario, como ha pasado, se suben al micro a expresar apoyo minimizando la tarea del entrenador.

Nadie duda de que las intromisiones casi autoritarias tengan como objetivo sumar, pero los jugadores y el cuerpo técnico que pasó, así como el de Battaglia, duda de las formas, mucho más que el resultado.

En Boca está instalado, por las formas expuestas, que el entrenador que asuma deberá convivir con el ojo encima de Riquelme y el Consejo, y a ningún técnico, mucho menos de renombre, le sienta cómodo tener que dar explicaciones a la dirigencia de lo que decide o deja de determinar y es esa la razón por la que si bien a todos les gustaría dirigir a Boca, no a todos le sentaría fácil este Boca, valga la redundancia…