La Selección Argentina venía de golpe tras golpe. Cambio de mando en la AFA, una votación escandalosa e inolvidable, como también el cambio de entrenadores, que pasaron de Gerardo Martino, a Edgardo Bauza y Sampaoli en tan sólo un año de diferencia. La fallida Copa del Mundo en Rusia 2018 fue un antes y un después para la historia del seleccionado.
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El 8 de septiembre, y después de idas y vueltas, Lionel Scaloni se hizo cargo del seleccionado, de manera interina, hasta que otro entrenador sea elegido. Lo que nos sabía el oriundo de Pujato, es que se quedaría hasta la actualidad, formando parte del ciclo más ganador, y más histórico de la historia de la Selección Argentina.
“Vamos dos partidos y volvemos, demosle una mano al equipo”, le dijo Scaloni a Pablo Aimar, su ayudante. El debut fue ante Guatemala, por 3-0. Luego se vino un traspié en la Copa América en 2019, donde Argentina, tras perder en semis vs Brasil, se coronó en el tercer puesto, tras vencer a Chile. A partir de allí todo cambió.
El seleccionado volvió con pilas recargadas, y ganó el primer título de Lionel Messi a nivel mayores, con la obtención de la Copa América 2022, a Brasil y en Brasil. Una fiesta inolvidable, que no terminó allí. El 2022 siguió recargado, y con el sueño total. Primero, la parada fue en Wembley, donde Argentina ganó, goleó y gustó, 3-0 a Italia, por la Finalissima. Una competición que enfrenta al ganador de la Copa América y de la Eurocopa.
Luego sí, la frutilla del postre, la Copa del Mundo en Qatar, el mismo año. Una locura de competencia, que arrancó con la derrota y preocupación ante Arabia Saudita, por 2-1. Y que a partir de allí, todo se hizo mágico, sufriendo claro, pero imposible de olvidar. Australia en octavos, la batalla del Lusail ante Países Bajos, con mucha pimienta en la anterioridad como posterioridad del partido, la goleada en semis ante Croacia y la final. Y qué final, ante Francia, ganando por penales. Catalogada por muchos como la mejor final en la historia de los Mundiales.