La cosa está más que sensible en Sevilla. El equipo atraviesa un presente muy irregular en Liga, donde marcha en la posición 13° con apenas 28 puntos, a más de treinta del líder Barcelona y a 18 de los puestos de Champions League, en una temporada que el club considera perdida a nivel local, pero no así en el marco internacional, donde el equipo consiguió en forma algo más que milagrosa clasificarse a los cuartos de final de la Europa League, instancia en la que deberá medirse contra el súper poderoso Manchester United.
En ese escenario fue que la dirigencia del club le prohibió a Alejandro ‘Papu’ Gómez viajar a Argentina para formar parte de la fiesta que vivirá el plantel, antes, durante y después de los amistosos frente a Panamá en el Monumental el 23 de marzo, y ante Cruazao en Santiago del Estero el 28, y que lógicamente no se quería perder a pesar de estar recuperándose de una intervención en uno de sus tobillos.
El Papu fue operado hace poco menos de tres semanas, se sometió a una artroscopia en el tobillo izquierdo, lesión que se le originó durante el partido de Argentina contra Australia en Qatar 2022, por los octavos de final del torneo, y que de ahí en adelante intentó solventar con kinesiología pero tras los resultados, no quedó más alternativa que someterse a la operación que lo mantendrá alejado unos meses más.
Los sevillanos no vieron con buenos ojos que el volante interrumpa el proceso de rehabilitación que está llevando adelante en el club, aduciendo además que están en su derecho de negarle la posibilidad dado que está lesionado, y dejarle ir significaría que se exponga a situaciones en las que podría afectar su recuperación.
Sin dudas, golpazo de los que duelen para el Papu, que de todas formas buscará la manera de ir, ya que desea estar, pero todo indica que deberá permanecer en Sevilla…
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