La Selección Argentina empató 2-2 ante Sudáfrica, por el segundo partido del Grupo G de la fase de grupos, y aún sigue con ilusión en el Mundial organizado en Australia y Nueva Zelanda. El equipo de Germán Portanova no tuvo el mejor primer tiempo posible, y en el arranque del segundo parcial el equipo cometió un error, sin embargo sacó adelante el encuentro y con goles de Braun y Núñez logró el empate.
El primer tiempo fue realmente un reto para las dirigidas por Germán Portanova. El seleccionado estuvo incómodo durante todo el transcurso del primer tiempo, porque a diferencia de Italia, en donde hizo un gran partido, y en donde el juego es más de ida y vuelta, Sudáfrica es un rival que te exige desde lo físico. Y eso fue un padecimiento, ya que los duelos, las divididas, y las llegadas, fueron para el combinado africano. La velocidad de sus laterales, y la agilidad de las delanteras puso en aprietos a la defensa argentina. Por otro lado, en diferentes secuencias en donde Argentina progresaba, el equipo rival cortaba con severas faltas.
Fue Linda Motlhalo, la autora del gol para Sudáfrica en el primer tiempo, luego del chequeo, y post confirmación, del VAR. Ya en el segundo tiempo el seleccionado comenzó a gravitar con mayor regularidad el área del equipo rival, que empezó a mostrar ciertas falencias en zona defensiva. Núñez tuvo la más clara para el equipo, pero el remate salió desviado. Tras un momento de desconcierto, en donde se prestaban la posesión, Sudáfrica tiró un pelotazo al área Argentina, y Aldana Cometti, en una afán de proteger el balón, lo terminó perdiendo, y Kgatlana puso el 2-0.
La réplica de Argentina llegó 8 minutos después, cuando Sophie Braun desenfundó un misil teledirigido, prácticamente imposible para la arquera Swart. Pero no fue todo, porque tras el descuento, el seleccionado no se quedó de brazos cruzados y llegó al empate, tras un cabezazo de Romina Núñez. El equipo de Germán Portanova llegó al empate en cinco minutos, y de manera merecida.
La Selección Argentina mostró personalidad, coraje y orgullo, sobre todo en los momentos adversos del partido, y en un Mundial. De un 0-2 abajo, que las dejaba out de la competencia, al bombazo de Braun y el envión anímico necesario para el empate de Núñez. Ahora, el equipo de Germán Portanova jugará su última posibilidad ante Suecia, el miércoles a las 4 de la mañana. Va en busca de su primer triunfo histórico, y también en clasificar por primera vez a octavos de final de un Mundial.