Roger Federer, el más grande de la historia del tenis, recientemente retirado, contó en The Daily Show, en el canal estadounidense Comedy Central, meses atrás una anécdota que vivió en Wimbledon, torneo que ganó en ocho ocasiones y que por ‘culpa’ de Nadal y Djokovic, no lo hizo más veces… en una entrevista, el suizo recordó el incómodo y divertido momento que vivió cuando una vez asistió al All England, pero con el fin de dar un paseo ya que normalmente cuando iba era solo para jugar.
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Cuando quiso entrar, se topó con una persona de seguridad que le exigía la tarjeta de membresía exclusiva para poder ingresar, elemento que no tenía y al no ser reconocido, reveló cómo llevó la conversación.
“Hola qué tal, quisiera saber por dónde es que puedo entrar al club, a Wimbledon, cuál es la puerta por la se entra”, le consultó Federer a la persona que trabajaba en una de las entradas al complejo. El suizo esperaba ser reconocido, pero no fue así, y entonces contó cómo fue el incómodo y divertido momento: “Ella me queda mirando y me pregunta si tenía una tarjeta de membresía, y ahí me quedo pensando si tenía porque la verdad es que, cuando uno gana Wimbledon se convierte automáticamente en miembro del club. Entonces le dije que no sabía bien eso de las membresías, le dije que posiblemente de tenerlas las tendría en mi casa y que ahora acababa de llegar a Inglaterra por lo que no tenía idea, y ahí (al darse cuenta de que no había sido reconocido) le dije que si bien no la tenía, yo era miembro del club y si me podía decir dónde entrar… pero ella me vuelve a responder que para entrar, debo ser miembro… entonces me dije a mí por dentro que esto sería difícil de explicarle a la mujer pero que sonara como sonara, debía hacerlo. Entonces le dije que como soy miembro, suelo estar y pasar todos los años por el club, porque vengo a jugar, que cuando yo asisto entro por otro sector y que es la primera vez que no iba a entrar por donde siempre, y ella me vuelve a decir que para eso, debo ser miembro. Entonces (entre risas), la miro algo temeroso y algo molesto, le hablé algo serio y de recordarlo me pone mal, porque la miré mal y le dije que había ganado este torneo ocho veces, que me creyera que yo era miembro, y que me diga por dónde podía entrar… y me queda mirando como ‘ok, ahora te digo…”.