Luis Suárez tenía 15 años cuando conoció a Sofía Balbi, con 13. Fue amor a primera, segunda y tercera vista, esos amores inocentes y perfectos que les permitió crecer y desarrollarse juntos, a tal punto que no solo continúan juntos sino que han formado una familia. Según los registros, se vieron por primera vez gracias a la hermana de Sofía, que la invitó a ver un partido de un amigo suyo y ahí flechó con Luis. Se vieron a los pocos días, él le pidió ser la novia, ella aceptó, y pese a vivir a más de 20 kilómetros de distancia se veían seguido, siendo otra de las causa, el apoyo y disciplina le le impuso a su futuro marido para que volviera a estudiar y le pusiera seriedad al fútbol dado que en Nacional, donde jugaba en las juveniles, le habían informado que debía modificar actitudes para seguir formando parte.
Es decir, Sofía apareció en un momento de quiebre. Suárez había decidido dejar los estudios y en Nacional le habían puesto un ultimátum. “Sofía sabe lo que me ayudó y por el camino por el que me ha llevado. Me hizo ver que yo no era burro, sólo que no tenía ganas de hacer las cosas. Me animaba a hacer los deberes”, contó en un documental “Cruzando la línea”. Luis volvió a estudiar, se aplicó en Nacional y todo gracias a la influencia de Sofía, quien para el caso formaba parte de una familia de clase media/alta, mientras que Luis de media/baja: “En mi casa faltaba todo. Nunca me faltó un plato de comida, pero no me avergüenzo de decir que con 11, 12 o 13 años me iba a cuidar autos con mi abuelo para llevar algo de dinero a mi casa”.
Todo iba bien en la relación, hasta que un día, cuando llevaban poco más de un año de relación, Sofía le cuenta a Luis que ella y su familia se debían ir a vivir a Barcelona, producto del trabajo de su padre, ante una crisis que se vivía en Uruguay allá por 2002: “La noche anterior lloramos toda la noche”, contó Luis. Pese a la distancia y a que las llamadas a y desde Europa eran muy costosas, mantuvieron la relación, y tras casi un año sin verse, Luis consiguió el dinero para viajar e ir a visitarla a la ciudad que años más tarde conquistaría futbolísticamente hablando.
En ese viaje, ambos acordaron que para seguir juntos debían buscar una fórmula ya que lógicamente la cosa se iba a ir apagando por la distancia. Luis sabía que, si la rompía en Nacional, tendría la oportunidad de captar la atención de los clubes europeos, por lo que logró un plus mental para ser cada vez mejor y por ende, lo consideren en Europa. Ese plus, llamado Sofía, hizo que luego de poco más de 2 años a distancia, arreglara para irse a jugar al FC Groningen de Holanda.
“Tomé la decisión de que también estaba Sofía ahí cerca y era un paso importante para estar con ella”. Con 19 años, Suárez le hizo saber a su familia, agente y club, que a la primera oferta que viniera de Europa, se iría. Si bien aparecieron más clubes interesados, el que estaba más cerca de Barcelona era el Groningen, por lo que ni lo dudó y arrancó para Holanda. Gracias a ello pudieron retomar la relación y no solo eso, ya que ella con el permiso de sus padres se mudó con él con 16 años y desde ahí nunca más se separaron. El resto es historia conocida, ya que en 2010 recibieron a su primera hija Delfina, en 2013 le dieron la bienvenida a Benjamín, y en 2018 nació su tercer bebé Lautaro.