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Jugar en los equipos grandes del fútbol argentino cuesta para muchos futbolistas y hay algunos casos en los que muy buenos futbolistas finalmente no tienen su lugar en el club donde surgen. Nahuel Molina, campeón del mundo en Qatar 2022, contó cómo vivió su tiempo en Boca, institución que no lo vio en cancha y que vio cómo encontró su mejor versión por fuera de allí.
“Mi regreso fue angustiante porque estaba la posibilidad de quedarme y a la vez no por mi contrato. Tener que ir a entrenar con la Reserva y que no te dejen, no saber a qué hora entrenaba o si no lo hacía me dolía. Jamás esperé que me pase eso, la situación no dependía de mí“, contó Nahuel Molina en una charla en Llave a la Eternidad.
“Yo sabía que en Boca no iba a tener tantas posibilidades por la calidad de jugadores que había. Tenía que estar abierto a recibir otras opciones. Defensa y Justicia me abrió las puertas y me dio la chance de jugar“, sentenció.
La salida de Nahuel Molina de Boca
Nahuel Molina jugó en Defensa y Justicia y Rosario Central. Boca contó con su regreso a comienzos de 2020 y su contrato terminaba el 30 de junio de ese año. Las negociaciones nunca llegaron a concretarse ya que el Consejo de Fútbol y su representante no se ponían de acuerdo.
En septiembre de ese 2020 y luego de quedar libre, Udinese confirmó su fichaje: “Se dio de una manera que no me gustó. Nunca pudimos arreglar el contrato, fue el momento más amargo de mi carrera. Y después vino la pandemia… No me peleé con nadie, nunca tuve un problema, conozco a todo el mundo, no sólo a los dirigentes. Me hubiese gustado jugar muchísimo más”, cerró.