Si Boca gana, si Boca pierde… ¿cómo seguirá la vida del Xeneize tras Palmeiras?

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Boca, con seis, es el segundo club más ganador de la historia de la Copa Libertadores por detrás de Independiente (7). Obtuvo las ediciones 1978, 1979, 2000, 2001, 2003 y 2007. En el ADN Xeneize, la Libertadores es religión y a su vez el desafío máximo como institución, todos los años se prepara o al menos eso intenta, para competir y ganar el torneo más importante del continente y cada temporada que pasa sin lograrlo, la obsesión se alimenta y trae consigo consecuencias para la dirigencia, jugadores, técnicos… escenario con el cual el club convive desde 2007, año de la última obtención.

“Ganar la Copa Libertadores equivale a ganar 10 títulos locales”, dijo alguna vez en una entrevista a Fox Sports Juan Román Riquelme, tricampeón de América con Boca, y hoy vicepresidente del club, dando valor a lo que considera representa el torneo. Por otro lado, también señaló cuando se metió en política que lo hacía porque estaba “cansado de ver ganar a los otros”, en referencia a River. El Millonario ganó las ediciones 2015 y 2018 de la competencia, y fue finalista en 2019. Desde su asunción en la dirigencia Xeneize, Román tuvo como principal objetivo deportivo volver a ganar la Copa, pero no ha podido.

Todos los planteles conformados, todas las logísticas, planes, objetivos, fines y demás, se diagramaban en función de la Copa. Pero la suerte la ha sido esquiva: en 2020, Boca cayó en semifinales con Russo como técnico ante Santos. En 2021, quedó eliminado en octavos de final frente a Atlético Mineiro. En 2022, misma instancia que en la anterior pero contra Corinthians. Contra Palmeiras en 2023, el Boca de Riquelme dirigente jugará su segunda semifinal y el boleto no solo a una final más, sino que a mantener el poder en las oficinas.

Riquelme lanzó “Soy Bostero”, su agrupación que luchará por las elecciones en diciembre próximo. Quedar afuera de la Libertadores en semifinales y dejar ir otro año sin títulos son indicadores de problemas para sus objetivos políticos. Sin embargo, lograr llegar a la final, ni que hablar de ganarla, implicaría el toque final para asegurarse continuar dirigiendo a Boca, algo que se sabe le desvela y por ello para él, meter a su querido en la final es esencial.

Por lo que, si Boca cae en semifinales es posible que no solo Román la tenga muy difícil para seguir como dirigente. Almirón podría dejar de ser el técnico, y varios jugadores como Benedetto, Rojo, Fabra podrían poner en duda continuar. Si gana… habrá Riquelme para rato y será sin dudas motivo de buena noticia para todo el mundo Boca.